Desde muy pequeño Javier miraba La Cebollera desde el pueblo. Cuando entendí que podría llegar hasta arriba cumplí su deseo; subir juntos hasta el pico. Allí empezó nuestra afición por subir montañas. Para él es una obsesión y para mí una gozada tener tan buen compañero.
lunes, 10 de julio de 2017
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